Ciudad de México.- Hoy día, advierte el biólogo Rodrigo Medellín, se están perdiendo más especies por unidad de tiempo que nunca antes en la historia del planeta. Y para México la emergencia es grande.
«México tiene todos los ecosistemas del mundo (…) Eso nos hace grandes responsables de mantener esta biodiversidad. Es en nuestro beneficio, pero también es nuestra responsabilidad cuidar a todas esas especies», remarca Medellín, investigador del Instituto de Ecología (IE) de la UNAM y experto en conservación de vertebrados en bosques, selvas, desiertos y pastizales.
Siendo de tal magnitud la pérdida de la biodiversidad, se ha comenzado a hablar ya de una sexta extinción masiva.De ahí proviene el título La sexta extinción, Antropoceno en México, documental donde Medellín y otros académicos, además de agricultores y defensores del ambiente, exponen el impacto que han tenido las actividades humanas en el planeta.
«Hablan sobre cambio climático, sobre esta amenaza que está ahí si seguimos comportándonos como nos comportamos», apunta en entrevista el cineasta Alberto Cortés, director de la cinta estrenada el mes pasado en la Cineteca Nacional y por la señal de TV UNAM, donde se retransmitirá en dos partes los próximos 23 y 30 de enero, con repetición el día 28 y 4 de febrero.
«Es un documental que habla sobre la biodiversidad, sobre esta amenaza que tenemos de que la acción del hombre sobre el planeta acabe destruyendo la posibilidad de vivir como hoy la conocemos», agrega el realizador, con claridad en cuanto a quiénes corren el mayor riesgo: «Al planeta no le va a pasar mucho, ¿eh? El planeta ha vivido peores cosas».Realizado como una extensión de la serie televisiva Antropoceno en México, de TV UNAM, el documental conducido por la actriz Casandra Ciangherotti reúne los comentarios de varios expertos de los diferentes institutos de investigación de la Máxima Casa de Estudios del País.Empezando por el físico José Franco, del Instituto de Astronomía (IA), quien explica las condiciones que posibilitaron la vida en la Tierra, y la paleontóloga Marisol Montellanos, del Instituto de Geología (IGl), evocando las cinco extinciones masivas previas, siendo la de los dinosaurios la más conocida.Después, Jorge E. Schondube, del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad (IIES), describe cómo las características geográficas y geológicas hicieron de México un país de microendemismos, es decir, de especies que solamente han sido identificadas en áreas delimitadas de nuestro territorio.»Tenemos cerca de 200 mil especies de organismos en el País. Y de esos, calculamos que por lo menos la mitad solamente existen en México», detalla el ecólogo en el filme.Si ya mediante la agricultura los humanos modificaron el paisaje de este planeta, como lo relata la bióloga Mariana Vallejo, del Instituto de Biología (IB), el uso del fuego y la quema de combustibles fósiles -carbón, petróleo, gas natural- terminaría provocando el actual incremento de 1.1 grados Celsius en la temperatura del globo.Una consecuencia de ello es que en México, por ejemplo, los glaciares están casi extintos, pues ya sólo quedan cinco repartidos entre el Pico de Orizaba y el Iztaccíhuatl.»Estamos entre los países en donde se está calentando más rápidamente, y estamos teniendo temperaturas extremas antes de que ocurran en algunos otros países», alerta la bióloga y ecóloga Amparo Martínez, del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICACC).Todo este pernicioso impacto ha motivado que se designe la actual era geológica como antropoceno, es decir, «una época de cambios a escala global, producidos por nuestra especie, que no sabemos a dónde nos llevará», se dice en la cinta.
No sólo alarma, sino soluciones
Habiendo participado en la serie de la que surgió este proyecto, Cortés recibió la invitación a dirigir el documental por parte del director de TV UNAM, Iván Trujillo, también biólogo y cineasta; «a mí me gustan mucho los programas científicos, entonces, tenía muchas ganas de entrarle a algo así», comparte el director de La sexta extinción.Y junto a la oportunidad de centrarse en el caso específico de México, en sus ecosistemas y especies, algo que el director no quería es que el mensaje principal fuera nada más un catastrofista jalón de orejas.»También lo que tiene el documental, y era una intención muy importante, es no solamente hablar de estas fatalidades que nos acechan, sino también de casos de éxito, de qué se está haciendo», señala Cortés, quien anteriormente dirigió el documental El maíz en tiempos de guerra, sobre la lucha de tres comunidades en Jalisco contra el uso de químicos y el dominio del narcotráfico.»Afortunadamente, en nuestro País, si le escarbas tantito y te mueves a donde están estos recursos -los bosques, los ríos-, a pesar de que sí hay muchos lugares muy dramáticos, donde está muy mal la cosa, también hay mucha gente que está haciendo cosas. Y el documental muestra esto», subraya el egresado del entonces Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC), hoy Escuela Nacional de Artes Cinematográficas.Así, por ejemplo, el documental destaca la defensa de los bosques emprendida por los habitantes del municipio michoacano de Cherán, quienes dijeron «¡Basta!» a los talamontes que saqueaban la madera; así como la importancia del sistema de cultivo chinampero en Xochimilco como una alternativa sustentable para la soberanía alimentaria.Por su parte, la científica Christina Siebe, del IGl, habla del esfuerzo que realizan para el tratamiento de aguas residuales en la Presa Endhó, en el Valle del Mezquital, Hidalgo, para que puedan seguir aprovechándose en la agricultura. Y comuneros de Milpa Alta comparten su experiencia cosechando el agua de lluvia en los pastizales.»Qué bonito término, cosechar agua, y dicen que es recuperar agua para los mantos acuíferos, que es la que después usa la Ciudad de México», refiere Cortés.»Eso a nivel micro, comunitario, está pasando, y va a seguir pasando porque hay gente que no se ha cruzado de brazos y está queriendo hacer cosas. Nos hacen ver que es posible hacer algo desde nuestro propio ámbito», destaca el cineasta, quien define esta película como un trabajo hecho «con mucho cariño» y como un privilegio el haber podido entrevistar a tan diversos personajes.Al final, concluye el documental, si queremos conservar la vida, hay que reconciliarnos con el planeta que la hace posible; «detener el despojo y eliminar la desigualdad que atraviesa nuestra relación con la Tierra, imaginando una nueva forma de habitar nuestro planeta azul».La sexta extinción, Antropoceno en México, además de retransmitirse en enero en TV UNAM, se sumará próximamente al catálogo de Claro Video, dada la colaboración de la UNAM con dicha plataforma y el apoyo de la Fundación Carlos Slim.
‘Se necesita voluntad política’
Presente a lo largo del documental La Sexta Extinción, el biólogo José Sarukhán lanza un llamado a transitar «de una civilización monetarista a una ecológica».Sin embargo, si los principales causantes de la crisis ambiental son un puñado de los países más ricos e industrializados del planeta, además de un nocivo modelo económico al que se aferra la fuerza corporativa -como lo señala la investigadora Silvia Ribeiro-, ¿qué se puede hacer a nivel individual? Estar informados y exigir, exhorta el también ex Rector de la UNAM.»Nunca habíamos tenido tanta información de los efectos de las actividades humanas en el planeta, nunca. Están ahí, en Internet, los podemos bajar en segundos, los datos fuertes, serios, honestos, producidos por la comunidad científica en todo el mundo», invita el fundador de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).»Y usar éstos para exigir a los Gobiernos, desde los Alcaldes hasta la Presidencia de la República, que las cosas se tienen que hacer de otra manera. Con datos y con cifras, no con gritos y sombrerazos», agrega el investigador emérito del IE.Y Cortés coincide con ello, añadiendo que «se necesita voluntad política, voluntad social, y participación de todos, todos nosotros».»Esperemos que este nuevo Gobierno cumpla sus promesas y sí se meta a los temas con seriedad y compromiso», expresa el cineasta, quien por ahora celebra el poder crear conciencia a nivel individual.»(El estreno) fue muy interesante porque hubo gente a la que, más allá de toda la información que maneja el documental, sí les llegó a tocar ciertos resortes, digamos, emotivos. Y yo creo que eso es un logro del documental y de todos los que participamos ahí».