Pescadores locales reportan el hallazgo de peces diablo en la presa el Rejón, en el municipio de Chihuahua, lo cual ha despertado alarma, pero por qué, qué tiene de malo este pez, además de su nombre siniestro.
Pues se trata de un avance hacia el norte de una especie invasora con la que México tiene luchando más de 20 años, hypostomus plecostomus, llamado también chupaalgas, pez limpiacristales, limpiavidrios, chupapiedras, plecos, vieja del agua. Se ganó el nombre de pez diablo cuando infestó la presa Infiernillos en Michoacán, donde casi acabó con las otras especies, y ha llegado a representar el 70% de lo que sacan los pescadores.
Los dueños de acuarios conocen muy bien a este pez, ya que tiene el inocente papel de comerse las algas y la lama, manteniendo limpias las peceras. Sin embargo, en el ambiente natural, este pez al comerse las algas adheridas a las rocas, también devora la hueva de otras especies y a sus alevines, por lo que resulta muy amenazante para especies como la tilapia.
Así que el pez diablo, aunque no representa un peligro directo para el ser humano, sí puede dejar totalmente improductivos para la pesca y dañados ecosistemas como las presas y los ríos de México.