Los que se quedan (The holdovers), retrato amargo y tierno de un grupo de náufragos sociales recluidos en un internado durante las navidades, ha dado a su protagonista, Paul Giamatti, un personaje icónico, pese a que él se sienta “saciado” y tema haberse convertido en “un perro amaestrado”.
A las órdenes de Alexander Payne, quien lo catapultó a la fama hace 20 años con su papel en Entre copas (Sideways), Giamatti vuelve a bordar a un gruñón de mediana edad con dificultades para relacionarse pero dotado de un gran corazón.
En una entrevista con medios internacionales, entre ellos EFE, Giamatti califica a Payne como “el mejor director” con el que ha trabajado y reconoce que su pasado, con una familia llena de profesores, fue una de las razones por las que fue elegido para encarnar al atormentado maestro Paul Hunham.
“(Payne) pensó que había mucho que yo entendería por mi propio contexto, así que tenía sentido. Y me inspiró mucho el guión, saqué tantas cosas de él, como su comportamiento, incluso la forma en que viste…”, explica.