Jenna Ortega, joven actriz que alcanzó la fama mundial principalmente por su papel como Merlina en la nueva serie de Tim Burton para Netflix, se fue haciendo camino en el mundo del cine gracias a sus personajes en películas de terror comerciales, pero muy pocos recuerdan su primera aparición en la pantalla grande (quizás porque fue una aparición muy pequeña), que fue nada más y nada menos que en una película de Marvel.

La actriz tenía sólo 6 años cuando debutó como actriz en una aparición de 10 segundos, dándole vida a la hija del vicepresidente de Estados Unidos; claro, problablemente esa pequeña Jenna no alcanzaba a imaginar que dentro de unos años alcanzaría tan alto nivel de fama y admiración por el público internacional.

Sin ningún tipo de diálogo, Jenna Ortega dio cuenta de su talento. En su rostro no había expresión alguna, sólo una sonrisa y una silla de ruedas. Era la tercera entrega de «Iron Man». Pese a su escasa participación supo cómo llamar la atención del público y de los directores también. Es que su escueta intervención le valió la posibilidad de nuevos papeles.