Joe Biden decretó que, a partir de este viernes, su gobierno no puede expulsar a inmigrantes, a excepción de sospechosos de terrorismo, espionaje o quienes salgan del país por su voluntad
En otro revés a Donald Trump, Joe Biden ordenó frenar las deportaciones durante 100 días.
El objetivo de esta suspensión, que aplica a partir de hoy, es revisar las políticas migratorias de EU para garantizar que sean justas. La moratoria excluye a sospechosos de terrorismo o espionaje y a quienes salgan voluntariamente del país.
En tanto, el mandatario estadunidense envió al Congreso, controlado por los demócratas, una iniciativa para regularizar y otorgar la ciudadanía a 11 millones de indocumentados. Los primeros en beneficiarse por esta medida serían 800 mil dreamers, quienes tendrán residencia permanente.
La reforma contempla a otros migrantes, quienes podrían obtener un permiso de trabajo y residencia legal.
FRENA DEPORTACIONES 100 DÍAS
En sus primeras órdenes ejecutivas hacia una reforma migratoria, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, terminó ayer con el programa que hacía esperar en México a miles de migrantes que solicitan asilo y ordenó frenar las deportaciones durante cien días.
El miércoles, horas después de asumir la presidencia, el demócrata giró una orden ejecutiva con la que detuvo la construcción del muro fronterizo.
El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS, por sus siglas en inglés) dijo que el objetivo de la suspensión de deportaciones es revisar las políticas migratorias del país.
El subsecretario interino de Seguridad Nacional, David Pekoske, informó en un comunicado que “durante 100 días, a partir del 22 de enero de 2021, el DHS detendrá las deportaciones de ciertos extranjeros a los que se haya ordenado la deportación”.
Señaló que la moratoria busca “garantizar que tengamos un sistema de control de inmigración justo y eficaz, centrado en proteger la seguridad nacional, la seguridad fronteriza y la seguridad pública”.
La moratoria excluye a los sospechosos de terrorismo o espionaje y a quienes hayan aceptado salir voluntariamente del país.
En septiembre del año pasado, un tribunal de apelaciones permitió al gobierno de Trump deportar a miles de inmigrantes que ya habían obtenido la ciudadanía, entre ellos menores de edad.
En cuanto al programa Protocolos de Protección al Migrante, implementado por el expresidente Donald Trump y que hace esperar en México a migrantes que solicitan asilo a EU, Biden asestó un revés a su predecesor.
Tras esas medidas, el presidente anunció el envío al Congreso de una iniciativa para regularizar la situación migratoria e incluso proporcionar la ciudadanía estadunidense a unos 11 millones de indocumentados.
La administración Biden pidió a los migrantes que ahora aguardan en la frontera de México, que permanezcan ahí y esperen próximas instrucciones.
La reforma migratoria del presidente Biden también incluye ayuda económica para el desarrollo en El Salvador, Honduras y Guatemala, para atender problemas que originan la migración a Estados Unidos, como las caravanas vistas en los últimos dos años.
En la iniciativa, el demócrata Joe Biden pide acabar con los largos periodos de detención en centros migratorios. Foto: AP
PRIORIDAD A DREAMERS
Los primeros en beneficiarse con la iniciativa de reforma en la que trabaja el nuevo gobierno serán unos 800 mil dreamers, quienes recibirán residencia legal y permanente próximamente y, con ella, podrán solicitar la ciudadanía estadunidense, luego de tres años como residentes.
Los dreamers son indocumentados que llegaron al país durante la infancia al acompañar a sus padres, y que al crecer en Estados Unidos lo consideraron su país.
Para ellos el expresidente Barack Obama implementó el programa de Acción Diferida para quienes Arribaron durante la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés) que les ha permitido trabajar y estudiar en Estados Unidos con una protección contra deportaciones renovable cada dos años, bajo la condición de carecer de antecedentes penales.
Luego de los dreamers en la reforma se contempla al resto de los migrantes indocumentados, quienes tendrían una autorización para permanecer en el país con permiso de trabajo y dentro de cinco años, en 2026, obtendrían la residencia legal permanente si, entre otros requisitos, carecen de antecedentes y comprueban el pago de impuestos.
Como con los soñadores, el resto de los migrantes podrían solicitar la ciudadanía estadunidense a los tres años de ser residentes legales.
La reforma acoge a los indocumentados en el país antes del pasado 1 de enero.
La iniciativa presentada por la nueva administración estadunidenses debe ser votada por el Congreso, donde pese a su control de ambas Cámaras, los demócratas deberán obtener nueve votos republicanos en el Senado para alcanzar una mayoría de 60, “una tarea hercúlea”, dijo el jueves en una videoconferencia recogida por la agencia AFP el senador demócrata Bob Menendez.
Por su parte, David Sanger, periodista del diario The New York Times, expresó que hay una posibilidad de que la reforma cuente con el apoyo republicano.
Parece que el Partido Republicano está viendo los resultados de las elecciones pasadas, perdieron la presidencia, la Cámara de Representantes y el Senado”, dijo ayer en su intervención en el seminario virtual Estados Unidos dividido, desafíos para la administración Biden.