Las elecciones presidenciales de Irán han registrado la participación más baja en la historia de la República Islámica, con solo un 40% de los votantes acudiendo a las urnas. Este bajo porcentaje refleja el descontento ciudadano ante la situación económica y la falta de libertades.
La Comisión Electoral informó que 24,535,185 personas votaron en la primera vuelta, representando un 40% del electorado. «Ninguno de los candidatos ha obtenido la mayoría absoluta de los votos», declaró Mohsen Eslami, portavoz de la Comisión Electoral, en una rueda de prensa televisada.
Las elecciones se han convertido en una plataforma para expresar el desapego y la protesta contra el sistema islámico, especialmente entre los jóvenes.
El porcentaje de votantes ha sido incluso menor que en las presidenciales de 2021, donde se registró un 48% de participación, y en las parlamentarias de marzo, con un 41%.
Las reiteradas llamadas de Ali Jameneí a votar «por la continuación, la fortaleza, dignidad y el honor de la República Islámica» no lograron motivar a una mayor parte del electorado. Muchos iraníes consideran que la abstención es una forma de protesta y de restar legitimidad al sistema.
Pezeshkian lidera los votos
El cirujano cardíaco Masoud Pezeshkian, exministro de Sanidad de 69 años, ha liderado la primera vuelta de las elecciones con 10,415,991 votos, lo que representa el 42,4% del total.
Pezeshkian comenzó su campaña electoral con bajas expectativas pero ha ganado popularidad con su mensaje de acercamiento a Occidente y críticas al velo. Su lema electoral, «Para Irán», evoca el título de la canción que se convirtió en himno de las protestas por la muerte de Mahsa Amini, cuyo autor Shervin Hajipour fue condenado a casi cuatro años de prisión.
Pezeshkian ha recibido el apoyo de los expresidentes Mohamed Jatamí y Hasan Rohaní, del bloque reformista que busca cierta apertura del país. Ha presentado su hipotético gobierno como un «tercer mandato» de Jatamí, el primer presidente reformista que insufló a Irán ciertos aires de apertura.
Además, pertenece a la minoría azerí, lo que le ha dado una base de apoyo adicional. Su mensaje de reformas y acercamiento a Occidente ha resonado entre muchos votantes que buscan cambios significativos en la dirección del país.