El cofundador de FTX y el niño prodigio del mundo de las criptomonedas, Sam Bankman-Fried, fue condenado este jueves a 25 años de prisión federal por fraude y blanqueo de dinero. La cara visible del fraude mediante las criptomonedas fue condenado en noviembre pasado por el colapso de la compañía Alameda, que dejó al descubierto que había defraudado 8 mil millones de dólares a sus clientes.

Sam Bankman-Fried (de 32 años y más conocido por sus siglas, SBF) se enfrentaba a una pena máxima de más de cien años por los siete delitos, entre los que se incluyen varios cargos de fraude y lavado de capitales, pero los fiscales, que denunciaron su “vida de lujo y delirios a costa de los demás” exigían entre 40 y 50 años.

Mientras que los abogados del joven pedían 5 años y tres meses a 6 años y medio, ya que aseguraron que tiene intención de devolver a los afectados el dinero defraudado.

«Autista extremadamente inteligente»

Antes de dar lectura a la sentencia, el juez federal Lewis Kaplan lo describió como alguien “extremadamente inteligente y padece autismo”, señalando su comprensión de la enfermedad y su compromiso firmado de ayudar a devolver el dinero defraudado a los clientes, que pudo haber sido un atenuante a la condena de 25 años, cuando las apuestas eran que no se libraba de una condena muy superior (el defraudador de Wall Street Bernard Madoff fue condenado a 150 años y se suicidó en la cárcel en 2021).

Como agravante a su condena, muy superior a lo que pedían sus abogados, el juez señaló que SBF tiene “una forma de interactuar con la gente que es inusual y a veces desagradable” y se mostró de acuerdo con los fiscales de que “quería ser una persona muy, muy influyente políticamente en este país”, y que eso impulsó sus delitos financieros. Por eso a la hora de dictar sentencia no excluyó la posibilidad de que pudiera reincidir en el futuro. “Existe ese riesgo, y no es un riesgo trivial”.

“El señor Bankman-Fried sabía que Alameda estaba gastando fondos de clientes en inversiones arriesgadas, contribuciones políticas y bienes raíces en las Bahamas”, señaló el juez. Precisamente desde su mansión de Bahamas se dedicó con sus amigos a especular con las criptomonedas.

SBF los lamenta, pero no se arrepiente

“Mucha gente se siente realmente defraudada, y se sintieron muy defraudados, y lo lamento”, ha dicho Bankman-Fried en el tribunal antes de conocer la sentencia.

“Lamento lo ocurrido en todo momento. Y hay cosas que debería haber hecho y cosas que no debería haber hecho”, se disculpó en su primera manifestación de responsabilidad desde que fue detenido en 2022, aunque no de remordimiento, como matizó Kaplan. “Lo tiré todo por la borda. Eso me atormenta cada día y es insoportable, pero no soy yo el que importa: lo que importa son los clientes, que no se merecen nada de este dolor”.

SBF apuntó: “Mi vida útil probablemente haya terminado. Hace tiempo que se acabó”. Su abogado, Marc Mukasey, intentó ganarse las simpatías del juez afirmando que “Sam no era un despiadado asesino en serie financiero que salía cada mañana a hacer daño a la gente”.

“Sus verdaderas motivaciones fueron malinterpretadas y malentendidas”, dijo el letrado. “Realmente es un torpe nerd matemático… Le encantan los videojuegos y el veganismo, y es compasivo con los animales”, añadió para enternecer al magistrado y a la opinión pública estadounidense, que siguió el proceso como en los grandes juicios nacionales, como el de OJ Simpson.

Pero los fiscales no lo ven así. Hace dos semanas, pidieron una sentencia de 40 a 50 años de cárcel porque SBF, lejos de mostrar algún signo de arrepentimiento, insistía en que su actividad al frente de FTX no fue en absoluto delictiva y, como máximo, admitió algunos fallos de gestión. “Su vida en los últimos años ha sido una vida de codicia y arrogancia sin igual; de ambición y racionalización; cortejando el riesgo y apostando repetidamente con el dinero de otras personas”, escribieron el 15 de marzo los fiscales federales de Manhattan al juez Kaplan, el encargado de dictar sentencia.

“E incluso ahora Bankman-Fried se niega a admitir que lo que hizo estuvo mal”, señalaron.

Concluído el primer gran juicio contra el abuso de las criptomonedas y la laxitud del sector cabe recordar las declaraciones de Damian Williams, fiscal federal del Distrito Sur de Nueva York, tras el veredicto: “La criptoindustria puede ser nueva, pero este tipo de fraude, este tipo de corrupción, es tan antigua como el tiempo”.