Hace algunos años, el director argentino Luis Ortega coincidió casualmente con un vagabundo que estaba vestido de mujer, de inmediato, el rostro que se le vino a la mente, en caso de que requiriera llevarlo a la pantalla grande fue el del actor Nahuel Pérez.

Días más tarde, Ortega asistió al hipódromo en donde se empapó del mundo de los jockeys, los caballos y, claro, las apuestas.

Fue así como ideó la historia de “El jockey”, en la que un jinete endeudado y autodestructivo, ve en la caída que sufre una oportunidad de escapar, asumiendo otra personalidad. El largometraje es una coproducción entre México, Argentina, Estados Unidos, España y Dinamarca, seleccionado por Argentina para la próxima entrega de los Premios Oscar.

“Tenía absolutamente todo lo que yo le pido a un guion, jamás pienso en posibles festivales o premios o taquillas, tampoco me imagino al público, sino que respondo como espectador, o como lector y lo que busco es conmoverme, sorprenderme y sentir que hay algo que no puedo definir y algo especial de esta película es que tenía la valentía de la imaginación”, afirmó en entrevista el productor mexicano Julio Chavezmontes.

De acuerdo con el actor Nahuel Pérez, este personaje no fue difícil de encarnar, ya que anteriormente había tenido experiencia en montar caballos, “lo más lindo, fue entender esa especie de extensión, asociación con el caballo y cómo los jockeys están parados en la tierra, pero a la vez son como medias piernas, porque pasan mucho tiempo arriba de ese otro ser que tiene otro pulso”, relató.

El filme, de estreno este fin de semana, cuenta con la participación de Daniel Giménez Cacho, que da vida a “Sirena”, el mafioso acreedor del protagonista.

“Tiene poder, capacidad de ejercer violencia, pero lo que me gustó tanto de este personaje es que justo es algo que no se ve frecuentemente, cómo una persona dedicada a someter a los demás, tiene un lado completamente vulnerable, de búsqueda incluso espiritual.