Nueva York. El presidente Andrés Manuel López Obrador, al concluir las reuniones de trabajo con su contraparte Donald Trump y su gobierno, resumió así la visita: Fallaron los pronósticos, no nos peleamos, somos amigos y vamos a seguir siendo amigos. Su anfitrión coincidió al afirmar que tanto en México como en Estados Unidos han aprendido a no apostar en contra de nosotros, en referencia a la gran relación con su amigo.
Trump recibió a López Obrador en la puerta de la Casa Blanca, donde celebraron una sesión de trabajo y se comprometieron a lograr un futuro próspero, con base en la cooperación bajo el nuevo tratado de libre comercio.
El mandatario estadunidense declaró su admiración por los mexicanos, y López Obrador agradeció a su anfitrión tanto el reconocimiento de la soberanía de México como el respeto a los mexicanos de ambos lados de la frontera.
La agenda de la visita de trabajo incluyó una reunión entre ambos mandatarios, seguida por otra en la que participaron sus respectivas comitivas y culminó con una cena donde los presidentes fueron acompañados por empresarios de ambos países.
Al firmar la declaración conjunta en el Jardín de Rosas de la Casa Blanca, con las banderas de ambos países flanqueándolos, los mandatarios ofrecieron breves discursos en los que alabaron su cooperación, su respeto mutuo y enfatizaron el nuevo tratado de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) como fundamento para generar empleo y prosperidad.
López Obrador, después de explicar los beneficios y virtudes de la cooperación económica bajo el nuevo acuerdo entre los tres países de América del Norte, declaró a su anfitrión que, como en los mejores tiempos de nuestras relaciones políticas, durante mi mandato como presidente de México, en vez de agravios hacia mi persona, y lo que estimo más importante, hacia mi país, hemos recibido de usted comprensión y respeto.
Al agradecer la ayuda de Trump en asuntos de comercio, petróleo y en la adquisición de equipos médicos, López Obrador expuso: Lo que más aprecio es que usted nunca ha buscado imponernos nada que viole o vulnere nuestra soberanía. En vez de la Doctrina Monroe, usted ha seguido el consejo de George Washington, quien advertía que las naciones no deben aprovecharse del infortunio de otros pueblos. Usted no ha pretendido tratarnos como colonia sino que, por el contrario, ha honrado nuestra condición de nación independiente.
El mandatario mexicano comentó a su homólogo, frente a las comitivas y periodistas bajo intenso sol en el Jardín de las Rosas: “Ahora que decidí venir a este encuentro con usted, presidente Trump, en mi país se desató un buen debate sobre la conveniencia de este viaje. Yo decidí venir porque… es muy importante la puesta en marcha del tratado, pero también quise estar aquí para agradecerle al pueblo de Estados Unidos, a su gobierno y a usted, presidente Trump, por ser cada vez más respetuoso con nuestros paisanos mexicanos”.
Añadió: Por eso estoy aquí para expresar al pueblo de Estados Unidos que su presidente se ha comportado hacia nosotros con gentileza y respeto. Nos ha tratado como lo que somos: un país y un pueblo digno, democrático y soberano.
López Obrador recordó como ejemplos históricos de una buena relación en tiempos complejos el caso de Benito Juárez y Abraham Lincoln, así como el del general Lázaro Cárdenas y Franklin D. Roosevelt, e incluyó una mención sobre el respeto del estadunidense a la decisión de nacionalizar el sector petrolero (tema que de nuevo está en la mesa por la reapertura de ese sector a la inversión extranjera).
El presidente mexicano abordó el tema de los mexicoestadunidenses en Estados Unidos, indicó que la “comunidad de casi 38 millones de personas, incluidos los hijos de padres mexicanos, se trata de gente buena y trabajadora que vino a ganarse la vida de manera honrada… que mucho ha aportado al desarrollo de esta gran nación”.
Por su parte, Trump proclamó que tenemos una relación sobresaliente, y haciendo eco de su invitado, indicó: La gente apostaba en contra de esta relación, pero jamás ha sido más estrecha, más cercana, una relación basada en confianza mutua, respeto mutuo. Consideró que estamos haciendo un trabajo tremendo juntos y afirmó que el T-MEC es el tratado de comercio más grande jamás elaborado.
Sostuvo que comparte con su invitado que ambos hemos sido electos para luchar contra la corrupción, retornar el poder a los pueblos y fortalecernos (como países).
Reconoció y alabó a la increíble comunidad mexicoestadunidense –que él calculó en 36 millones de personas–, quienes fortalecen a las comunidades y son sumamente exitosos, como usted, negociantes firmes y grandes personas de negocio, señor presidente.
Añadió que se está trabajando de manera conjunta con el fin de lograr migración segura, humana y legal, y hemos sido ayudados por México en crear números sin precedente, en términos positivos, en nuestra frontera sur en cuanto a frenar el flujo migratorio.
Subrayó que está construyendo la relación bilateral de una manera que nunca se ha hecho antes.
Antes de la reunión, en conferencia de prensa por la mañana, el secretario de Estado, Mike Pompeo, reiteró que se abordarían una amplia gama de temas, pero destacó lo que está ocurriendo en Venezuela hoy día –no se sabe si el tema se discutió.
En la cena con la que culminó la visita, un acto privado sin acceso para la prensa, los 12 empresarios estadunidenses incluyeron a ejecutivos de Shell Oil, Cabot y Sempra, entre otros de la industria petrolera –sector que ha solicitado al gobierno de Trump presionar a México por la incertidumbre de los nuevos reglamentos para inversiones extranjeras–, así como a altos ejecutivos de Ford, General Motors, Blackstone e Intel.
Por México asistieron 10 empresarios: Carlos Slim, Bernardo Gómez, Ricardo Salinas Pliego, Miguel Rincón, Francisco González, Patricia Armendáriz, Carlos Bremer, Carlos Hank González, Olegario Vázquez Aldir y Daniel Chávez, de acuerdo con la lista oficial de la Casa Blanca.
Por el gobierno anfitrión asistieron los secretarios Pompeo; Steve Mnuchin, del Tesoro; Wilbur Ross, de Comercio; Robert Lighthizer, representante de Comercio, junto con el vicepresidente Mike Pence; el jefe de gabinete, Mark Meadows, y los asistentes del presidente Trump, Jared Kushner, Larry Kudlow, Stephen Miller (arquitecto principal de la política de migración) y Mauricio Claver-Carone.
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