Ante los nervios clásicos de defender un Grand Slam, de inaugurar la pista central de Wimbledon y de tener enfrente a un rival sin nada que ganar y un mundo que perder, Carlos Alcaraz se desquitó la presión del primer día y venció a Mark Lajal (7-6 (3), 7-5 y 6-2) para avanzar en Wimbledon.
Alcaraz sufrió más de que lo que se podría aventurar ante un rival como Lajal, fuera de los 250 mejores del mundo, sin experiencia ante Top-20 y sin un solo partido de Grand Slam en su mochila.